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El artistas que paseó la auténtica calidad de los ritmos cubanos por los cinco continentes.

Ernesto Vázquez Vizoso, supo ver la cultura africana como parte indisoluble de la identidad cultural cubana

Ernesto Vázquez Vizoso, figuras emblemáticas de la música afrocubana, marcada indudablemente por su paso por los “Lecuona Cuban Boys”, primera orquesta Show de la Isla, paseó la calidad de nuestros ritmos por los cinco continentes durante la década del 30 del siglo XX, pero su obra ha quedado un tanto en el olvido.

Músico, compositor y arreglista, además de intérprete, tomaba como materia prima temas del folklore cubano, fundamentalmente de raíces negras, lo que se observa a simple vista en los títulos de sus composiciones entre ellas la popular obra musical titulada La Conga de Jaruco, escrita en la Haya, Holanda en diciembre de 1935 y que alcanzó fama internacional.

La pieza se estrenó en Europa donde también fue utilizada como fondo musical en una competencia internacional de patinaje sobre hielo realizada en Barcelona y también formó parte de la banda sonora de una cinta rodada en Alemania Occidental con motivo de los Juegos Olímpicos de 1936

Como Ernesto sentía especial amor por Jaruco, localidad en que dio los primeros pasos en el estudio de la trompeta; siempre firmaba y era conocido por el sobrenombre de “Jaruco”y se dice que su obra cumbre ha sido escuchada en más de 200 países y se utilizó como tema de presentación en varios eventos internacionales.

La letra de  la contagiosa melodía dice así: “La conga de Jaruco/ Ahí viene arrollando/ Y tiene en su comparsa/ La alegría del lugar/Que viene arrollando/ Con su ritmo sin igual/ La conga de Jaruco/ Ahí viene arrollando/ Pasa la comparsa/ Ah, ah, ah./Y alegría con sus cantos/ Y su ritmo tentador/ En sus serenatas/Sólo cantan sus amores/ Dicen cantando/A la amada/Su amor./ Arrollando, Arrollando, Arrollando, Arrollando.

En cuanto a la paternidad de “La Conga de Jaruco” existía cierta polémica; algunos en el poblado afirmaban que Ernesto Vázquez no era el autor de la obra; pero los hechos han demostrado lo contrario, gracias a las investigaciones del reconocido escritor jauqueño Franciscop Rey Alfonzo, quien logró comprobar de primera mano la verdad en cuanto al dilema.

El  encontró las pruebas en el registro de la partitura realizada por Ernesto en la Unión de Músicos de España, mientras una amiga del músico, Fidelma Cruz, residente en Jaruco, atesora una carta donde el autor le explica que un día de Nochebuena en que se sentía triste y melancólico por encontrarse lejos de Jaruco y de su familia, escribió la letra de la obra.

Partitura de la Conga de Jaruco, bajo la custodia del museo local

Lamentablemente, en su recorrido internacional, ha sufrido una os­tensible alteración: en las versiones más co­nocidas Jaruco ha devenido Jalisco. Con este nombre, La Conga de Jalisco aparece en las grabaciones del francés George Dann y la de un grupo fiestero español, la Pequeña Com­pañía, que la colocó para cerrar el popurrí Al final de la juerga, en 1978.

En aquel momento tal fraude fue aclarado a través de la radioemisora local y además en  un reportaje del periodista villaclareño residente en España Rafael Solano en el programa La Bodeguita de Radio 5, difundido el 20 de noviembre de 2016.

Entre las piezas y arreglos de Ernesto Vázquez Vizoso se encuentran: Tumbao (rumba negra), Yareca (son afrocubano), Que sí que no (conga), Bongó (Afro), Para Vigo me voy (rumba), Mundele, (rumba), Mi última conga (conga), Mentirosa (bolero), Trakatri (rumbantera), Conga de La Habana (conga), Ma Isabel (Afro), Mambo de Jaruco (mambo) y otros muchas más, además de la popular “Conga de Jaruco”.

El músico nació en la barriada habanera de Luyano, el 11 de diciembre de 1912, en el seno de una familia acomodada que promovía la formación cultural de sus miembros y tras ofrecer su primer concierto de piano en Jaruco se traslada a La Habana donde perfecciona sus estudios de piano y aprende a tocar guitarra y trompeta, para a los 16 años integrar la banda del Teatro Apolo.

Luego funda, junto a once amigos, la Orquesta “Encanto”, que actúa en varias salas de espectáculos y centros nocturno bajo la dirección de Armando Orefiche y tal es su éxito en el ambiente habanero de la época que en 1932 sus músicos son llamados a España por el conocido maestro Ernesto Lecuona y allí  debutaron el 20 de septiembre de ese año.

Ernesto Vázquez y la trompeta obsequiada por el Bey de Tunes

De Madrid viajan a Venecia ya con el nombre de “Lecuona Cuban Boys” contratados por un empresario de apellido Samervell, el cual le sugirió a cada uno de los músicos cubanos buscar un nombre artístico por el que fueran rápidamente identificados. Ernesto Vázquez no demoró mucho su elección y a partir de ese momento se hizo llamar para siempre “Jaruco”.

Durante 17 años la agrupación se presentó en casi 40 países, actuando en los mejores escenarios y llegaron a ser músicos exclusivos del Barón de Rotshcild, del Duque de Windsor y de Gustavo V de Suecia al extremo que Ernesto Vázquez” fue condecorado por el Bey de Túnez, Ahmed Pacha, con la orden Nechan-Yftijar, en el grado de “Caballero de primera clase”.

Ernesto Vázquez, fue reclamado como arreglista por intérpretes de la talla de Pedro Vargas, Maurice Chevalier y Josephine Baker, entre otros y luego de separarse de la Lecuona Cuban Boys, comienza como solista en el teatro “Roxy”, el lugar más famoso de Nueva York, por aquel entonces, hasta que un accidente le impide volver a tocar la trompeta, y entonces se dedicó al piano.

Los aportes a la música de índole negrista, realizados por Vázquez Vizoso son de un valor innegable, al  integrarse al grupo de artistas compuesto por Wildredo Lam, Emilo Ballagas, Lydia Cabrera y Nicolás Guillén, y en su caso muy particular el fue un folklorista íntegro, un músico sólido que supo exponer la cultura mestiza a los más altos niveles.

Murió el 18 de diciembre de 1979, en Nueva York donde residía desde hacia más de una veintena de años, cuando preparaba su regreso a Cuba. En la lápida de su tumba en el cementerio de Rockerville Center, aparece como simple epitafio “A Jaruco”. Una especie de homenaje póstumo al pueblo que lo acogió como hijo cuando aún era muy pequeño y donde descubriría su vocación musical.

La Conga de Jaruco, es uno de los símbolos identitarios de la ciudad de Jaruco, ubicada a medio centenar de kilómetros de La Habana y su autor Ernesto Vázquez Vizoso, uno de sus hijos más ilustre y de mayor proyección en el plano internacional.

Fuente: EcuRed/ Museo de Jaruco

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