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NUESTRA OPINIÓN

En el ocaso de la identidad habanera.

By December 14, 2010December 28th, 2012No Comments

La provincia de Artemisa con 11 municipios y una superficie territorial de más de cuatro mil kilómetros cuadrados, cuenta con una población superior al medio millón de habitantes.

Al concluir en la Cuba colonial la Guerra de los 10 Años en 1878, la corona española, estructuró la isla  en seis provincias que respondían a los nombres de Pinar del Rio, Matanzas, Las Villas, Puerto Principe, Oriente y La Habana, esta última como capital de la mayor de las Antillas.

El sentido de pertenencia de los que hoy viven en la provincia de La Habana, una de las 14 en las cuales está  dividida desde 1976 la República de Cuba, quedá abruptamente truncado por obra y gracia de una disposición guberrnamental, que parece olvidar valores socio-económicos,culturales e históricos.

Hace 34 años los 19 municipios que conforman ese basto territorio fueron desprendidos de la capital de la isla, en un hecho que generó agudas críticas y malestar por parte de la población, aunque el centro de la actividad de los habaneros se mantuvo muy ligado a la gran urbe por su cercanía y facil acceso.

Así los residentes en esa zona de la periferia de la ciudad capital, comenzaron el lento y complejo proceso de ganar apego a la recién constituidad provincia, pero seguían siendo habaneros, un sentimiento que exhiben con orgullo, incluso en otros sitios del mundo por donde andan desperdigados miles de cubanos.

Mayabeque, con tres mil 732 kilómetros cuadrados, cuenta con más de 381 mil moradores, distribuidos en 11 municipios.

El nacimiento de las pretendidas provincias de Mayabeque y Artemisa, es otro episodio que aleja definitivamente y por decreto oficial a los habanero de su verdadera identidad, en detrimento del sagrado derecho de pertenencia del ser humano a un lugar, aunque este sea el peor de la tierra.

El proyecto implica la introducción de una estructura políticio y administrativa en cada uno de los territorios erigidos como provincia con la inclusión de los municipios pinareños de Candelaria, Bahía Honda y San Cristóbal, que ahora sufren igualmenten la imposición de cambiar de gentilicio sin previa consulta.

Las localidades de Guanajay, Mariel y Artemisa, esta última capital de la provincia del mismo nombre pertenecieron también a la otrora Cenicienta de Cuba, y en todo este arroz con mango hasta los humoristas de la isla están preocupados, por el peligro que corren los cuentos y chiste inspirados en los pinareños.

En esta suerte de rapiña de territorios, habanero y pinareños tendrán que recomenzar de nuevo el largo y tortuoso camino de alcanzar otra identidad y lograr el mágico sentido de pertenencia al terruño, que los convierta sin chistar en miembros de las comunidades de Mayabeque y Artemisa, en el occidente del país.