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El tren es utilizado además para trasladar turistas desde de Casablanca hasta el poblado de Hershey y allí pueden visitar la antigua casa del Rey del Chocolate.

El histórico tren de Hershey, uno de los más famosos medios de locomoción de Cuba, único de su tipo en el mundo, parte de Casa Blanca y rinde viaje en la ciudad de Matanzas, tras algo más de tres horas de recorrido y constituye una auténtica reliquia, a la vez que es considerado por muchos un verdadero museo rodante.

Este sistema de transporte sub-urbano, deviene homenaje sobre ruedas al mundialmente conocido Rey del Chocolate, Milton Hershey, quien a principos de del siglo XX hizo construir en un inhóspito paraje, distante poco menos de medio centenar de kilómetros al noreste de La Habana y muy cerca del mar, un central azucarero y una estructura ferrocarrilera, así como otras facilidades sociales.

Actualmente por 2,80 pesos que equivalen a 0,11 centavos de dólar, un cubano puede recorrer los 98 km que separan a La Habana de Matanzas en el tren de dos coches que, a mitad de camino, pasa por el pueblo de Hershey, también edificado en 1916 por el empresario norteamericano, como parte una obra sin precedentes en favor del bienestar humano que además le propició alcanzar fama y fortuna.

Este es uno de los medios empleado para la reparación de la red eléctrica y los pantógrafos de los vagones.

El viaje contempla 47 paradas y hasta cuatro horas de duración, según el itinerario y los dos vagones que se utiliza datan de 1944, donados en 1997 por la ciudad española de Barcelona a Cuba, pero de los 17  que tenía el tren en la década de los años 20, quedan sólo tres “auténticos” construidos en 1917 en Pensilvania, sede del grupo  Hershey.

Dos de esos coches ruedan “sólo por encargo” sobre una veintena de kilómetros para grupos de asombrados y entusiastas turistas, que disfrutan de las bellezas naturales presente a ambos lados de la franja del camino de hierro, mientras la empresa cuenta además con coches jaulas tirados por locomotoras eléctricas para el trasiego de caña, azúcar, mieles, combustible y otras productos.

Milton S. Hershey (1857-1945) compró más de 24 mil 200 hectáreas de campos de caña de azúcar para la fabricación de su famoso chocolate con leche y al poner en marcha la red ferroviaria de 140 km de extensión logró transportar mercancías y a partir de 1920, pasajeros, incluidos los propios empleados, dotados de un pase que les permitía viajar gratis.

Después de la Segunda Guerra Mundial el grupo empresarial Hershey vendió el ingenio, la red ferroviaria y sus cañaverales a la Cuban-Atlantic Sugar Company, la cual los revendió en 1957 al magnate azucarero Julio Lobo, que perdió la totalidad de esas y otras propiedades al triunfo de la revolución de Fidel Castro, a tenor de la Ley de Nacionalización forzosa.

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