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El cubano Dayron Robles, una gloria del deporte cubano, escribió su nombre y el de su país con letras doradas.

El cubano Dayron Robles, uno de los mejores vallistas de todos los tiempos, nació en la oriental provincia de Guantánamo el 19 de noviermbre 1986 y su pasión por los deportes lo llevó a la pista desde muy temprano, hasta debutar con sólo 19 años de edad en la categoría de mayores, tras alcanzar medalla de plata en la lid univeral juvenil en Canadá.

Esa era su primera incursión de relevancia en la carrera de los 110 metros con vallas y el 11 de mayo de 2006 vuelve a repetir con idéntico resultado en el Campeonatos Mundial Juvenil de Atletismo en Moscú, pero en esta ocasión a la distancia de 60 metros con obstáculos, para perfilarse como un corredor de alto rendimiento.

En corto tiempo sobresalió por su talento, disciplina y tenacidad en los entrenamientos, bajo la pupila del afamado entrenador Santiago Antúnez y los registros en los certámenes juveniles desde el 2004 resultaron espectaculares, cuando con 17 años logró 13.77 en la cita del orbe de esa categoría en Grosseto.

Con impresionantes resultados en la arena nacional,  el muchacho participó en el Campeonato Panamericano de  Windsor, Canadá, donde conquistó el  primer lugar en  los 110 metros con vallas al detener los cronómetros en 13,46 y el 12 de junio de 2008, implantó una plusmarca mundial a esa misma distancia en Ostrava, República Checa.

Ese día Robles intervino en la Reunión Atlética celebrada en la mencionada ciudad y entró a la meta con registgró de 12 segundos y 87 centésimas (viento favorable: 0,9 m/s), mejorando así el anterior récord hasta ese momento en poder de uno de sus más difíciles rivales, el Chino Liu Xiang, quien a mediados de 2006 corrió la pista  12.88

El cubano llegó a ser el hombre más rápido de todos los tiempos en su especialidad, hasta que Aries Merritt, pulverizó su marca en 2013.

En el 2008 en el Campeonato Mundial de Atletismo de pista cubierta, salió como favorito para ganar el oro, pero quedó eliminado en una de las series clasificatorias al pararse pensando que había ocurrido una salida nula, mientras en agosto de ese año se adjudicó el preciado metal en las Olimpiadas celebras en la capital china.

Las lesiones y molestias comenzaron a frenar la carrera deportiva del velocista guantanamero y tuvo que desistir de participar en importantes confrontaciones entre 2009 y 2011, incluso  tuvo que conformarse con una descalificación en Stuttgart, para luego reverdecer laures en Holanda, República Checa, Suiza. Italia, Francia e Inglaterra.

En esas confrontaciones dejó en el camino a vallistas de relieve internacional como los estadounidenses Dwigt Thomas, Terrence Trammell, David Oliver y Jason Richardson, aunque las dolencias volvieron a interrumpir su brillante desempeño en las citas a efectuarse en Barcelona y Estocolmo.

En agosto de 2011 el sensacional vallista cubano Dayron Robles se convirtió en rey indiscutible de la velocidad con obstáculos en el XIII Campeonato Mundial de Atletismo en Daegu, Corea del Sur, sin embargo poco duró el brillo de su corona, anulada minutos después por una reclamación de obstruir a su archirrival chino.

En declaraciones a la presa en relación con la carrera el destacado atleta de la mayor de las Antillas, expresó: “Me parece que la descalificación fue más que todo un capricho de alguien. Son cosas que pasan en la vida y hay que continuar. Estoy seguro de que si yo hubiera sido de otro país con más fuerza no hubiese pasado eso.”

Al actuar en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, México, Dayron rompió el récord de su coterraneo Anier García al cruzar la raya con tiempo de 13.10, y ya en el ocaso de su brillante carrera deportiva el antillano abandó la prueba de los 110 vallas en las Olimpiadas de Londres, por problemas en su pierna derecha.

En enero de 2013 el atleta de 26 años sorprendió al mundo al anunciar su retiro, quizá enfadado consigo mismo por las reiteradas lesiones que le aquejaron desde 2009, y ahora el deporte cubano sufre la ausencia de un verdadero Lord que por mucho tiempo, y para siempre, puso en letras doradas el nombre de Cuba.

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