Skip to main content
DE CUBA

EL PIONERO DE ANTÍDOTO ANTICANCERÍGENO.

By October 27, 2010November 14th, 2013No Comments

En 1999 Misael Bordier, recibió el Certificado de Registro de Marcas, de la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial, por su descubrimiento.

El biólogo cubano Misael Bordier, descubrió hace más de una veintena de años el uso del veneno de una especie de alacrán en el tratamiento alternativo en algunos tipos de cáncer, mediante una formula diluida que denominó Escozul y cuya eficacia confirman las autoridades sanitarias de la isla.

El hecho es todo un acontecimiento que recorre el mundo con la lamentable omisión del  nombre del verdadero artífice del novedoso hallazgo, aunque desde la oriental provincia cubana de Guantánamo, donde se realizaron los primero experimentos, se hace alusión al quehacer investigativo del ilustre personaje, fallecido en 2005 a los 59 años.

Bordier, graduado de Ciencias Naturales en la Universidad de Oriente, ubicada en Santiago de Cuba, distante unos 970 kilómetros de La Habana, comenzó a experimentar tras la observación casual de la salida de un alacrán desde el interior de una tumba en el cementerio local, y a partir de ese momento las ideas comenzaron a agolparse en su mente.

Es así como en 1990, tras varios años de arduos estudios, encuentra una explicación a sus interrogantes, al descubrir que la toxina del alacrán Rophalorus Junceus, que sólo habita en algunas zonas de los territorios cubanos de Guantánamo y Matanzas, resulta eventualmente funcional en el alivio de tumores cancerígenos.

Desde hace más de 15 años la estatal Empresa de Productos Biológicos (LABIOFAM) la mayor de su tipo en el país, investiga la efectividad del citado tratamiento, sin dejar de reconocer que la ruta del importante logro científico se inició de forma expontanea y en cierto modo empírica de la mano de Misael Bordier.

Ahora Cuba estudia una variante sintética con el fin de desarrollar otros fármacos a partir del veneno de este tipo de alacrán endémico, capaz de habitar y reproducirse en cautiverio.

La noticia sobre la conclusión de los estudios y la oficialización de registro y comercialización por parte del Ministerio de Salud Pública cubano, del fármaco patentado con el nombre de Vidatox y la próxima elaboración de un millón de dosis del producto, de efecto antiflamatorio, analgésico y antitumoral, no menciona a su único inventor.

Cuando en la década de los 90, en medio del llamado periódo especial en Cuba, el doctor Misael Bordier, perdió todo el apoyo monetario del gobierno de la mayor de las Antillas, él y algunos de sus alumnos desarrollaron con éxito un proceso experimental con pacientes aquejados de esa dolencia maligna.

A partir de ese momento creció el numero de personas que recurrieron al mencionado antítodo, incluso llegaron a Cuba individuos de otras naciones en busca de la publicitada cura milagrosa, que también comenzó a aplicarse en México y Panamá, a donde viajaron pacientes de los propios Estados Unidos.

Pero tuvieron que transcurrir más de dos décadas para que  LABIOFAN, encargado por del Ministerio de Salud Pública de Cuba para desarrollar los ensayo clínicos pertinentes, reconocierá y confirmará definitivamente la iniciativa de Bordier, quien desgraciamente dejó de existir sin saborear las mieles del éxito.

En cuestión el Vidatox, en su versión hemeopática, con cinco proteínas de bajo peso molecular, reconocido además por expertos de España y Venezuela y con proyectos a Francia e Italia, carece de reaciones adversas y se administra en gotas sublinguales, mientras se prepara otra formulación natural para tratamientos por vía oral.

Durante las investigaciones la cifra de pacientes ascendió a más de 10 mil, entre ellos  tres mil 500 extranjeros y se alcanzaron resultados satisfactorios en padecimientos de cáncer de pulmón, cuello del útero, próstata y páncreas, con marcada incidencia en el mejoramiento de la calidad de vida y la reducción del crecimiento de las tumoraciones.

El logro que tiene raíces guantanameras exige para la extracción de la toxina la aplicación de estímulos eléctricos a los escorpiones, que en períodos de 21 días, pueden aportar sólo 0.02 mililitros de la sustancia, per cápita, equivalente a dos o tres gotas, por lo cual existen en el país criaderos en 13 de las 14 provincias, con cinco mil ejemplares cada uno.