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La condesa de Jaruco aportó grandes sumas de dinero a España durante la guerra contra Napoleón.

ciudad jaruco

Jaruco, ubicado a medio centenar de kilómetros de La Habana, cuenta con más 26 mil 600 habitantes.

El 23 de agosto de 1767, el señor Gabriel Antonio Beltrán de Santa Cruz y Aranda, recibió el título de Conde de Jaruco, por Real Decreto firmado por el Rey Carlos III de España, en atención a sus grandes méritos y servicios a la corona, obra que continuó su esposa Teresa Montalvo y O”Farril.

Nació en La Habana, la capital cubana el 4 de junio de 1719, fue ilustre letrado, abogado de los Reales Consejos del Monarca, Fiscal de la Real Hacienda y a su iniciativa y esfuerzos de debe la fundación de la ciudad condal de Jaruco, una de las pocas de este tipo en Cuba y en el mundo.

El conde de Jaruco, alcanzó el cargo de alcalde ordinario de su ciudad natal, fue catedrático de la Universidad de La Habana y uno de los creadores del periódico ilustrado “El Pensador”, del cual no sobrevivió ningún ejemplar, pero cuya existencia citan el historiador Jacobo de la Pezuela y otros estudiosos

R'io Jaruco

El río San Juan con una longitud de 31 Km, nace  en la cadena montañosa Escaleras de Jaruco y desemboca en la costa norte.

A la muerte de Don Beltrán de Santa Cruz y Aranda, queda inconclusa la edificación de la Iglesia San Juan Bautista, asumida por Doña Teresa, hija del primer Conde de Casa Montalvo, nieta del primer conde de Macuriges y del IV Marquez de Villata, pertenecientes a la casa Bayona.

Ella constituyó el Colegio de San Francisco de Sales y ayudó con fuertes sumas de dinero a la corona ibérica en la guerra contra el emperador francés Napoleón Bonaparte entre 1808 y 1814 y de conjunto con su sobrino nieto Joaquín Beltrán de Santa Cruz, fundó el municipio de Nueva Paz.

El 23 de julio de 1796 se creó el condado de Santa Cruz de Mopox, título nobiliario rubricado por el rey Carlos IV a favor de Joaquín Beltrán de Santa Cruz y Cárdenas-Vélez de Guevara, señor y justicia mayor de la población de San Juan de Jaruco, con el rango militar de Mariscal de Campo.

A este ilustre caballero se debe la introducción en Cuba de la primera maquina de vapor o «bomba de fuego», diseñada y construida por el ingeniero canario Agustín de Betancourt y Molina y su instalación el 11 de enero de 1797 en el ingenio Seybabo, devino un suceso único rodeado de un clima de tensa expectación.

Una familia de eminentes literatos.

Iglesia Jaruco

El parque José Martí y la Iglesia San Juan Bautista en el centro histórico del condado de Jaruco.

María de las Mercedes Santa Cruz y Montalvo, condesa de Merlín, hija de Don Joaquín, III conde de Jaruco y Doña Teresa, brilló en los salones parisienses por su talento y es considerada como la madre de la literatura cubana.

El erudito Alejandro de Humboldt mencionó en sus cartas al conde de Jaruco, padre de María de las Mercedes, en cuya casa permaneció durante su visita en el campo para estudiar los ingenios, pero no se sabe si los dos se encontraron personalmente.

La sucesión del título se extendió hasta el IX Conde de Jaruco, y entre ellos sobresalió Francisco Javier de Santa Cruz y Mallén, eminente literato nacido en el barrio El Vedado, el 7 de agosto de 1889 y autor de la “Historia de las Familias Cubanas”, obra cumbre de la genealogía y considerada el más extenso estudio en América Latina.

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El Palacio de los Condes de Jaruco, refleja en su arquitectura la transición del estilo mudéjar español al barroco.

Fue embajador en Cuba de la Orden de Malta, colaborador de varias publicaciones importantes, miembro de la Real Academia de la Historia en España, The American Society of Heraldry y de otras instituciones en Brasil, México, Perú, Argentina y Costa Rica.

El Palacio de los Condes de Jaruco edificado en 1738, ubicado justo en el ángulo formado por las calles Muralla y San Ignacio en el hoy centro histórico de la capital de la isla caribeña, perteneció a la aristocrática familia hasta el siglo XIX.

Restaurada en 1983, la vivienda alberga ahora al Fondo Cubano de Bienes Culturales, como una de las más valiosas construcciones del entorno de la Plaza Vieja e importante muestra de la arquitectura colonial cubana del Siglo XVIII.

El nombre de Jaruco proviene de la voz indígena Axaruco que significa corriente de agua dulce, y en las márgenes del río San Juan donde se constituyó el primer asentamiento poblacional, se encontraron indicios de la presencia aborigen en aquel paraje de la geografía occidental cubana.

Fuente: Ecured/Ciro Bianchi (Lecturas)

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