Skip to main content

Término usado en el juego de dominó

El dominó que dicen fue inventado por los chinos y traído al continente americano por los europeos, es considerado un clásico y universal pasatiempo del cual se derivan peculiaridades en el uso del lenguaje, particularmente entre los cubanos.

Existe un amplio número de términos utilizado por los jugadores en Cuba como rasgos esenciales de nuestra idiosincrasia, que quizá nos distinga de otros y sólo pueden ser interpretados por los entendidos en este singular y ameno entretenimiento casero.

La fraseología típica es variada y jocosa como los criollos de la isla y en un encuentro de dominó es común escuchar; te voy a poner la fresca, estás agachaó, dale agua, me pegué y bota la gorda, entre otras, así como las que se emplean para identificar fichas claves.

En su mayoría son metáforas, pero otras son expresiones clásicas, como caja de muerto y la puerca, para referirse a los dobles seis y nueve, aunque una entre todas alude un sitio de la geografía habanera, que por esa razón a ganado fama en casi todo el archipiélago y otros sitios del planeta.

El lugar en cuestión es “Blanquizal de Jaruco”, voz que la gran mayoría de los aficionados al dominó en Cuba usan al poner en la mesa el doble blanco, pero en realidad pocos conocen su ubicación exacta  y su trascendencia en la historia local de la mayor de las Antillas.

Es un agreste y casi escondido rincón, situado en áreas de la cordillera, Escaleras de Jaruco, distante unos 25 kilómetros de la ciudad de La Habana y fue escenario de uno de los muchos combates entre fuerzas mambisas y españolas durante la guerra del 95

El libro Voluntarios de la isla de Cuba: historial del Regimiento de Caballería de Jaruco, se habla de batallas en Ojo de Agua, Salto del Chivo y Blanquizal en los montes de la zona, en octubre de 1897, por las columnas Puerto Rico, San Quintín y Guadalajara.

En la zona pelearon las huestes del general José María Aguirre, jefe del Quinto Cuerpo de Ejército, y artífice de la guerra de guerrillas, durante la invasión de oriente a occidente, protagonizada por las tropas de Antonio Maceo y Máximo Gómez.

El dato que parece aun más convincente es que Jaruco, si bien está enclavado en una extenso macizo rojizo, cuenta con lugares de tierra muy blanca que se observa en varios de sus callejones sin pavimentar, como el de Guaicanama.

Lo que aún no sabemos y quizá no logremos averiguar nunca es como y cuando el Blanquizal de Jaruco llegó al popular y gustado dominó, considerado el juego de mesa por excelencia de la familia cubana en horarios de la noche, los fines de semana y en vacaciones.