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Abre los caminos y la suerte de quienes lo invocan

Los santeros cubanos afirman que la Siguaraya contiene a los siete orishas principales de la religión Yoruba

La Siguaraya, de nombre científico’Trichilia havanensis”, descubierta en 1759 por el botánico holandés Nikolaus Joseph von Jacquin, es un árbol de abundante follaje y flores blanco verdosas, que crece en Cuba y según la religión africana practicada en la isla caribeña, pertenece al orisha o deidad mayor conocido como Shangó.

Esa planta abre los caminos y la suerte de quienes la invocan, pero los cierra para el enemigo y en la crencia de los santeros posee siete potencias representadas por el culto yoruba en las figuras de Yemayá, Elegguá, Ochún Obatalá, Orúnla, Oggún y Changó, por cuya razón es considerado como el primer palo de monte.

Del néctar de las flores de la Siguaraya, las abejas producen una miel intensa y de alta calidad.

La Siguraya, localizada a orilla de rios y arroyos, a lo largo de los senderos y en las cercanías de los bosques de baja altura, florece entre enero y abril y es llamada también Siete Rayos, en referencia a Chango, dios del trueno y el fuego, llevado a través del sincretismo religioso a la imagen de la Santa Bárbara del catolicismo.

Esta planta silvestre a la cual se abribuyen poderes sobrenaturales, no es sólo patrimionio de los cubanos, porque además abunda en México, otras islas del caribe, en algunos países sudamericanos y en centroamérica, como es el caso de Costa Rica, donde se le conoce como Uruca y antiguamente anunciaba el inicio de las festividades navideñas.

Con el tema “Mata Siguaraya”, del compositor y pianista cubano Lino Frías, fallecido en Nueva York en 1983 y cantada magistralmente por Benny Moré, el árbol brujo ganó fama internacional y la canción ha sido interpretado por otros, pero ninguno hasta ahora logró la entonación y melodía imprimida por el inmortal “Bárbaro del Ritmo”.

 

 

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