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Un equipo de especialista llegó a conclusiones al respecto tras meses de investigación.

Tras el paso del tornado, más de 7.800 hogares quedaron dañados en La Habana, 730 de ellos derruidos totalmente

Un equipo multidisciplinario de especialistas en meteorología de Cuba reveló elementos relacionados con el surgimiento del tornado que azotó cinco municipios de La Habana, en la noche del domingo 27 de enero de 2019.

El doctor en Ciencias Mario Carnesoltas, precisó que el origen del fenómeno natural y su notable intensificación obedecieron a la interacción simultánea de situaciones meteorológicas excepcionales a diferentes escalas atmosféricas.

Dijo que una vaguada extendida desde el centro de Canadá sobre el sudeste del golfo de México, favoreció la aparición de una baja extratropical al norte y cerca de la península de Yucatán, la cual generó la formación de un frente frío.

Por delante de dicho sistema se gestó una activa línea de tormentas eléctricas, que cruzó sobre las provincias de Pinar del Río, Artemisa, La Habana y Mayabeque durante el final de la tarde y primeras horas de la noche, según explicó.

Alcanzaron vientos en rachas superiores a los 100 kilómetros por hora y caída de granizos y como mostró el análisis del campo, antes del nacimiento del tornado se formaron varios vórtices de diversas dimensiones.

El fenómeno natural dejó un saldo de cuatro fallecidos y 195 heridos

Uno de esos elementos empezó a intensificarse y devino en la fuente fundamental de energía que hizo crecer rápidamente la nube de embudo por encima del referido vórtice, con punto de origen del tornado al parece en tierra.

El torbellino de viento apareció en las inmediaciones de los repartos Martí y el Casino Deportivo, hacia las ocho de la noche y describió una trayectoria próxima al estenordeste, hasta salir al mar 26 minutos más tarde por un punto de la costa norte.

Recorrió alrededor de 20 kilómetros a 46 kilómetros por hora, y la franja de afectación abarcó unos 200 metros como promedio, aunque en las zonas de Luyanó y la vecinda El Roble, en Guanabacoa, alcanzó los 350 de diámetro.

En cuanto a la intensidad se verificó que tuvo vientos estimados del orden de los 300 kilómetros por hora, por tanto clasifica como un tornado EF4 (de 267 a 322 km/h) en la escala Fujita-Pearson mejorada, al decir del doctor Carnesoltas.

El brote de tornados más notable registrado en Cuba ocurrió el 16 de marzo de 1983, con siete en de Pinar del Río y el más celebre ocurrió en Bejucal el 26 de diciembre de 1940 con un saldo total de una veintena de muertos y más de un centenar de lesionados.

Fuente/Fotos Periódico Granma

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