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¿Con cuál de ellos es mejor

Entre los mayores consumidores de manteca de puerco se encuentra China, España y Estados Unidos.

 La manteca de cerdo es libre de grasas trans y azúcares, tiene bajo contenido de sodio, es rica en vitamina B, C y D, y en calcio, así como contiene minerales como el fósforo y el hierro, revela un estudio reciente.

Además, puede incluso ser más barata que el aceite de girasol y de canola y finalmente, al no tener sabor ni olor, puede ser usada en cualquier tipo de preparación sin alterar el gusto de la comida, según un reporte del diario BBC Mundo.

Cuando se trata de elegir un aceite o grasa para cocinar, a muchos les salta la duda. ¿Con cuál de ellos es mejor? y durante muchos años en medio de un debate constante, la mayoría de los consumidores están completamente confundidos.

No es sorprendente que los aceites modernos, como el girasol y el olivo, sean mucho más populares que la manteca y la mantequilla tradicionales, pero las investigaciones del doctor Michael Mosley, resuelve ahora un antiguo el dilema.

A medida que el aceite de oliva, girazol y maíz se calienta y alcanza su punto de humo, los compuestos beneficiosos comienzan a degradarse y se forman compuestos potencialmente dañinos para la salud del ser humano.

La manteca de cerdo, tan estigmatizada que ha entrado en el uso común como un insulto, es preferible a estos aceites que al calentarse reaccionan con el oxígeno en el aire para formar sustancias como los aldehídos y los peróxidos de lípido.

A temperatura ambiente sucede algo similar, aunque más lentamente y al decir de Mosley su consumo o inhalación, incluso en pequeñas cantidades, se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer y enfermedades cardíacas.

Mientras no se calienten, las grasas poliinsaturadas (aceites vegetales y de girasol) aún se consideran una opción saludable, ya que reducen el colesterol malo y disminuyen el riesgo de apoplejía y enfermedad del corazón.

Las grasas más estables de todas son las saturadas, como la mantequilla, pero estas deben usarse con moderación, ya que pueden aumentar el colesterol malo y el riesgo de arterias estrechadas y contraer enfermedades coronarias.

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