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Sociedad secreta propia de Cuba, formada sólo por hombres, en su gran mayoría de la raza negra.

Los Abakuá intentaron de salvar la vida a los ocho estudiantes de medicina en 1871.

La Sociedad Secreta Abakuá de Cuba, formada sólo por hombres, en su gran mayoría de la raza negra, es la única de su tipo en la Latinoamérica y desde sus orígenes en el siglo XIX encarnó una cultura de resistencia contra la esclavitud durante la época colonial.

El primer grupo constituido en 1836 en el poblado de Regla, tiene sus antecedentes en la región nigeriana de Calabar, donde los sacrificios humanos y la antropofagía, eran prácticas habituales, entre los integrantes de las tribus como tributo a sus dioses.

Los guerreros eran obligados a afilarse los dientes con limas y martillos y a propinarse heridas en diversas parte del cuerpo, incluida la mutilación, como señal de identidad, pero, esas costumbres no sobrevivieron en la Isla, como apunta el historiador Enrique Sosa.

Sin embargo influyeron en el terror y el respeto que inspiran los abakuás, al influjo de calumnias y exageraciones enarboladas durante la colonia y la seudorepublica, así como equívocas interpretaciones, que dispararon la precoz imaginación de muchos autores alrededor del tema.

Esa es la razón por la cual se especula que el culto de los ñáñigos, como también son conocidos los abakuás en el pequeño país caribeño, es más temido que el vodú, más rígido que el mayombe, más sangriento que el candomblé y más estricto que la santería, con el  marcado interés de tergiversar la realidad.

Los Abakuas tiene riguosas normas litúrgicas, que no pueden desvincularse de las crencias religiosas africanas.y los tambores forman parte del ritual.

Tambores(Ekue) forman parte de la ceremonias.

Es cierto que la ausencia de una base ideológica sólida, propició que este grupo cultural se vinculara a actividades antisociales como la delincuencia, el machismo, la guapería y la petulancia, propias de los barrios marginales, proclives a la lipidia y las puñaladas, en medio de la agresividad del medio circundante.

El abakuá es hombre a todo, y el sólo hecho de pertenecer a la temida institución dota  a sus miembros de una patente de corso para actuar libremente en “el ambiente” una tendencia que se acrecentó durante la década de los años 70 del siglo XX, con la entrada de elementos de baja moral y con antecedentes penales.

La Sociedad Abakuá, reconocida por vez primera en 1906 por el etno-antropólogo Fernando Ortiz, en su libro “Los Negros Brujos” reclama de sus miembros intachable conducta en el hogar, el trabajo y la comunidad, aunque existe una imagen distorsionada al respecto.

El padrino es la persona que observa el proceder de sus ahijados y candidatos a la iniciación, prohibida en Cuba, entre 1967 y 1977 y hoy cuando se realiza un plante o ceremonia de juramentación hay que pedir autorización a las autoridades policiales.

El centro del quehacer abakuá se ubica en las provincias de La Habana y Matanzas, localizadas en la porción occidental del archipiélago cubano, donde funcionan unos 40 templos, distribuidos en Guanabacoa, Regla, Marianao, San Miguel del Padrón y Cárdenas.

Entre los abakuás célebres figuran; Miguel Faylde, compositor del primer danzón, el  violinista Claudio Domingo Brindis de Salas, el músico Ignacio Piñero, el pelotero Martín Dihigo, el sonero Chano Pozo y el Poeta Jesús Orta Ruiz, ya fallecidos.

El ñañiguismo, cuajado de enigmas, cuenta con voces propias como ecobio o monina( hermano) ocambo (viejo) moropo(cabeza) naue (amigo) y paripé (papel) entre otras y son muchos los artistas que han inspirados sus obras en esta organización; como los pintores Miguel Enriquez y Mariano Rodríguez y el cantante Pedro Luis Ferrer.

Los abakuás tiene rigurosas normas litúrgicas, vinculadas a las creencias religiosas africanas y los espíritus son convocados por sus componentes para desarrollar el ritual religioso representados simbólicamente por Ireme o diablitos.

Fuente: Los Negros Brujos/Los Ñañigos/Wikipedia/Fotos: Internet

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