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El mamey es una de las frutas más gustadas en Cuba y es originario de la América Tropical y Las Antillas

Ronda de los soldados británicos en La Habana.

En mayo de 1762 los ingleses toman La Habana, principal ciudad de la metropoli española en la isla de Cuba y los capitalinos comienzan a llamar a los invasores de forma jocosa “mameyes” por el color rojinegro de sus uniformes.

Resulta que el uniforme de ceremonia y el de batalla se distinguían por tener una casaca roja y se dice que era para cubrir la sangre de las heridas, y hacerle creer al enemigo que los soldados de la corona de Inglaterra eran inmortales.

Cada noche eran cerradas las puertas de la muralla, tras el cañonazo de las nueve y el patrullaje nocturno en las calles habaneras crecía. Entonces nació la frase “La hora de los mameyes”en franca alusión a los soldados de casaca roja y pantalón negro en las rondas callejeras.

Lo mismo ocurría, cuando las autoridades imponían el toque de queda, o los uniformados irrumpían en cualquier lugar de la capital de la mayor de las Antillas perturbando la aparente tranquilidad ciudadana.

Ahora la expresión es empleada al adoptar una decisión seria. Nada que nuestras ocurrencias no están escrita, aún en los momentos más difíciles.

La ocupación de la Habana, por parte de los ingleses, duró sólo once meses y se utilizaron nada menos que 53 buques de guerra y unos 22 mil hombres, bajo el mando del almirante George Pockock y del Conde de Albemarle George Keppel.

Ahora para el cubano actual puede ser también un momento que se evade con absoluta tranquilidad espiritual, sin conflicto alguno de conciencia, aunque a la hora de los mameyes llueva a cántaros, caigan truenos de punta y hasta un ciclón nos deje como el gallo de Moron, sin plumas y cacareando, y sencillamente, al mal tiempo buena cara.

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